El que se enamora pierde

01.09.2025

Me gusta la teoría del amor, pero este blog es de hostelería. 

O al menos eso pensaba cuando intercambiaba miradas asesinas con el pinche de cocina. No no, no había nada romántico entre los dos, pero en este mundillo de alter ego masculino siempre hay alguien que quiere sobresalir entre el resto. Y es que en esa cocina yo era la única mujer, si no llega a ser porque a veces mi actitud es la de un macho alfa, me hubiesen aplastado cual cucaracha entre los suelos de ese cuchitril llamado motel de mala muerte. 

Como mi única mentalidad es la de trabajar, y en ciertos momentos me parecía que estaba haciendo prácticas, por lo que me esforzaba para ser la más rápida, como dije anteriormente estaba completamente sola, me separaba una estantería con racks apilados, no podía ver al equipo. 

Como ellos tampoco podían verme, de lejos escuchaba como me ponían a parir, entonces caí en que la cocina es un mundo competitivo, donde los hombres al haber llegado creen haber besado al santo, solo por llevar un gorrito. Y es que al estar detrás de los fogones se vuelven intocables, eso aumenta la posibilidad de que mi mente crea que se trata de machismo. 

Como en ese tiempo era joven y guapa, y tenía la apariencia de una renacuaja por mis casi 1.60, ese que iba vestido de traje de luces, sacó sus dientes afilados para demostrar quién manda en la cocina, si, comenzó la guerrilla cual perro flamenco, y como yo no me callo ni debajo del agua, saqué mi bazooka mortal y me transformé en una teniente de guerra.

Sembró el odio en mis entrañas, tanto que dejé de hablarle, él solo se acercaba al principio del office para decir si ya estaba todo listo. Me da mucha grima que haya ocurrido así, el mundo allí afuera ya es suficiente machista como para yo quedarme aquí rodeada de hombres que viven demostrando su hombría. 


No me enamoré porque el que se enamora pierde y yo no sé perder.


Me pongo a reflexionar una mañana de esas donde el ambiente laboral es un campo de batalla, en plan la tercera guerra mundial, y es que ese ambiente es tan dañino que me causa crispación, es algo que no tolero, pero sin embargo pienso que nadie se atreve a poner un granito de arena para acabar con esa actitud entre compañeros. 

Ese es el problema de que en algunas empresas los trabajadores entren y salgan como Pedro por su casa.