El sillón de la reina

01.09.2025

A estas alturas de mi vida, después de tantos tropiezos, laboralmente hablando, siento que voy por buen camino. Diría que ya lo peor pasó, aprendí de mis errores, y entendí que no puedo controlar lo que no encaja conmigo. 

- Hola, ¿está Agustín? - No, estoy incomodín.
- Hola, ¿está Agustín? - No, estoy incomodín.

Ser pinche es... 

Escribir esto con lágrimas en los ojos, cuando las heridas que tengo en mis dedos me duelen de tanto cortarme, es doloroso. 

Aunque siempre voy con cuidado, a veces me siento maniatada y no puedo moverme como yo quisiera.  

Intento estar concentrada en mi faena, pero el trabajo es tal...

Iba para una baja larga y casi convencí al médico para que así fuese, como la medicación era muy fuerte, el corte que me hice en el dedo se recuperó en dos semanas. Por un momento fingí demencia pero acepté que tenía que volver a mi rutina. 

- Ya está aquí mi cocinerita me dijo el médico. 

- Soy pinche de cocina -respondí 

Cuando llegué a la mutua les hacía gracia que me hubiese rebanado el dedo con la máquina de cortar fiambre. Bromeaban con que por ahí estaría un trozo de mi dedo. Sonaba un poco maquiavélico ese pensamiento por parte de los profesionales. Supongo que lo decían para aliviar el impacto de mi herida o sacarme una sonrisa.

No importa cuantas veces caigas, sino cuantas veces te levantes

Se escuchan pasos de alguien que no llega nunca...

Se escucha un tic tac, se escuchan las trompetas de la segunda venida, el silencio es profundo, la espera es larga y me desespera, al mismo tiempo me invita a tranquilizarme y me da una tregua para que las aguas se calmen en mi vida laboral. 

Tal vez necesitaba este break...

- Tienes que volver -dijo el doctorcito- 

Seguramente el personal de cocina estará pensando que me encuentro en las Bahamas disfrutando de mi baja médica, pero en realidad no pude mover el dedo dos semanas. 

No pude estrenar mis pesas de 5 kg, y entrenar mi rutina de Full Body como me gusta, estoy segura que engordé un poco. 

Mis compis acabaron rendidas porque nadie sustituyó a la sustituta y tuvieron que hacer su faena y la mía. 

El desayuno, la merienda y la pica. Yo hubiese acabado loca....!


Ni el tiempo vuelve, ni la vida se repite