Trabajando aprendí...


Uno de las cosas que más me llama la atención por no decir que me repatea y que nunca he llegado a comprender, es esa manera de trabajar de alguien que deja todos los trastes tirados en la mesa de trabajo, en lugar de guardarlos o al menos dejar despejada la zona, para que no parezca un campo de batalla. 

Que falta de responsabilidad afectiva hacia la compañera que está 40 horas semanales al frente de la pica dejándose la piel ella sola en su puesto, la verdad no da buena impresión encontrarse la pica sucia y el office patas arriba.

Entiendo que tal vez por falta de tiempo o porque a esa persona le daba ansiedad al ver tanta platería junta, que solo se me ocurre que salían huyendo despavoridos como El correcaminos.

En cocinas de algún lugar de esta ciudad, he sido testigo de como el personal de turno dejaba todo recogido en el office, todos se volcaban para ayudar a la pica o auxiliar de limpieza, y al finalizar la jornada el área quedaba reluciente como nueva, y nadie se retiraba hasta que se viese un reflejo de luz . 

Sentí una mezcla de emociones, al saber que en algún lugar existía un equipo que se preocupaba por mantener una buena presentación de la cocina y pica, ya me hubiese gustado quedarme allí toda la vida, pero como elegí ser nómada siempre digo continuará....




La mirada de una pica


A decir verdad, da mala impresión ver la pica llena de platos montados uno encima de otro, y lo entiendo, lo he llegado a comprender, cuando venía algún compañero sin tiempo para ordenar esos platos y los dejaban a toda velocidad que no se daban cuenta que podían caerse o romperse. Era comprensible, ya que los restaurante por lo general están repletos con algún evento importante...

Yo me tomaba mi tiempo para lavarlos, con la madurez que me caracteriza. Nunca me creí la dueña de la pica pero si era muy consciente de cual era mi trabajo, lo único que me importaba en esos momentos era que la pica diese una buena impresión, ya que por ahí por ese pasillo pasaba gente importante, desde directores, algún cliente despistado, proveedores hasta el personal de la limpieza.

Por mi travesía en algunas cocinas de hoteles cuyo nombre no quiero acordarme, he visto platos haciendo equilibrio para el Circo del Sol.

He pasado por algunas cocinas donde pretenden que la pica de una orden, y por otras cocinas donde es más fácil echarle culpa cuando algo se rompe, me parece un acto deleznable, una falta de empatía, para mi eso no significa trabajar en equipo.